Esta autora nos da a conocer una mirada particular frente al tema de la conformación de la identidad masculina, utilizando como principal herramienta múltiples escenarios de la "historia universal". Es interesante ver que, a pesar de lo distinto que son los contextos mencionados en el texto, la concepción de hombre se mantiene a grandes rasgos apuntando al mismo estereotipo de masculinidad universal. A pesar de que habían distintos tipos de ritos de iniciación, de metodologías para fomentar la virilidad y de modos para abordar el concepto, la esencia es la misma. El niño necesariamente debe mostrar su fuerza y su hombría para ser considerado un hombre digno de seguir. No es bien visto, incluso hoy en día, que un hombre mantenga un relación dependiente con su madre o que no sea capaz de sostener a su familia. Todavía el sexo masculino es considerado el género más fuerte, más capaz. A medida que fuimos leyendo caímos en la cuenta, de que muchas de las concepciones y muchos ámbitos del estereotipo masculino siguen vigentes hoy en nuestro país. Es cierto que nuestro contexto socio-histórico ha sufrido cambios importantes, sin embargo sigue reinando un identidad masculina que apunta al "machismo", casi como parte inherente de nuestra idiosincrasia. Cuando hablamos de machismo, nos referimos justamente a lo mencionado en el texto, a ver de una forma bastante más implícita a la mujer como un género que es y al hombre como un género que ha de hacerse. Todavía prima la imagen del hombre que sostiene el hogar y de la mujer que espera en casa mientras se preocupa exclusivamente de la crianza de sus hijos.
Sin importar del lado que se mire, ambos sexos se ven, a nuestro parecer, profundamente perjudicados. Quizás en un momento determinado, era necesario que el hombre fuese más fuerte, que tuviera la connotación de guerrero al verse envuelto en un contexto de guerra y de constante amenaza, pero creemos que hoy esta mirada más bien "machista" no tiene justificación alguna y ya no se sostiene. A pesar de que los roles se han ido modificando y a la vez se han ido complementado un poco más, todavía existen un montón de factores que reflejan una iniquidad poco sana entre los géneros. Creemos que ya es hora de que aceptemos la diversidad que existe en la identidad sexual y genérica y que vayamos dejando atrás la visión tan retrograda de como se debe construir la identidad masculina.
La reflexión sobre la identidad masculina es muy compleja y tiene muchas aristas, es por esto que a partir de ella nos surgieran varias dudas. Siguiendo la pauta las resumiremos en dos:
¿A partir de la formación de la identidad masculina, como se va confeccionando la identidad de mujer?
¿Es posible que esta identidad sufra una re estructuración con el paso de los años o su esencia va ha permanecer siendo la misma? ¿Por cual arista esta determinada esta identidad por lo biológico, lo psicológico, lo cultural o todas?
¿Por qué sostienen que tal inequidad es "poco sana"? Deben ser mas precisas.
ResponderEliminarBuen comentario: claro y relevante.
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